Sigue tu sueño por Yatzini de la Torre

Estira las piernas Carolina.

-¿Qué esperas?

-¿Quieres un cafecito?

-¡Carolina no tengo tu tiempo! Volvemos a empezar los 100 abdominales, pero todos Bruno, Paola y Roció

-Que esperan, un aplauso para Carolina, gracias a ella volveremos a empezar. (Dijo mi maestro)

Era uno de esos días de completo estrés, con mi equipo de 30 jóvenes. Realizábamos muchos abdominales al día, aunque no solo abdominales si no muchos diferentes ejercicios de fuerza, pero si 1 de los 30 jóvenes hacia una de las cien abdominales mal, por uno pierden todos…

Pertenecíamos a un grupo de gimnasia acrobática, donde no había un horario exacto, si no acabábamos a la hora de nuestra salida no importaba, se le llamaba gimnasia general, donde la disciplina era lo más importante o más bien dicho el comprometerte a no faltar ningún día de la semana.

Llevaba 3 años sin vacaciones y sin faltar desde los 13 años pero ahora tengo 16, 3 años atrapada en este mundo de estrés. Cada día me estresaba más porque nuestro objetivo era no faltar para poder asistir al Campeonato Mundial en Gimnasia general La competencia iba a ser en Austria con un tema en especial en cada país y nuestro tema era Vaselina.

Tenía muchos compañeros: Estaba la niña de 8 años que ponía todo su entusiasmo y disciplina pero no solo ella si no también sus padres que vivían al otro lado de la ciudad y surgió un caso muy extraño tuvo erpes una enfermedad en la piel por nervios y aun así asistía a los entrenamientos su nombre era Katia. Estaba también un compañero que siempre era la estrella de nuestro equipo. Todo le salía bien tenia una fuerza inmensa, nosotros lo nombrábamos “Chispa”, el tenia algo especial, tenia una verdadera gracia hacia la gente, que sabia hacer reír al publico y nuestro maestro siempre nos decía: “Aprendan de el”.

También tenia una compañera que se llamaba Mariana ella era mi amiga la que siempre me contaba todos sus problemas pero tantos problemas que yo tenia y todavía escuchar los de ella… pero si yo no la escuchaba ¿quien mas la va a escuchar?

Al final de cuentas yo terminaba siendo su pañuelo de lágrimas.

Estaba también mi maestro Raúl pero para mi era mi maestro el ogro.

Se preguntaran porque me quejo tanto de la gimnasia general, pues mi madre participo en el mejor grupo de gimnasia general mexicana en su infancia , entonces desde que yo era una pequeña mi madre quería que este en la gimnasia general además de el maestro mi mama me exigía demasiado, todos los días era lo mismo, en los entrenamientos era como si tuviera una flama en los pies, no los sentía de tanto que me dolían pero finalmente se acababa el entrenamiento llegaba mi hermano por mi y todavía tenia que esperar a mi hermano a que acabe de platicar con mis compañeras de la gimnasia general, acabando se iban al baño a perfumar para hablar con mi hermano, y al mismo tiempo yo pensaba

¡Es solo mi hermano!

Llegaba a mi casa y todavía tenia que responder esos horribles problemas de matemáticas que me tardaba mucho en responder, pero por fin llegaba el mejor momento del día… El momento de dormirme, me caía como gloria, todas las noches en cuanto me acostaba me dormía pensando en el siguiente día, si mi maestro el ogro nos pondría mucha fuerza o si me iba a tocar de pareja de vaselina con Manolín que sufriría de un ataque apestoso, parecía como si saliera de la alberca pero simplemente era su sudor.

De la única forma que podía escaparme de este inmenso estrés era pensando en la persona más especial de mi vida su nombre era: Ernesto, era un joven de veinte años que lo conozco desde que tenia doce años y el tenia quince, nos conocimos gracias a mi amiga de la escuela que se llamaba Karla, ella me lo presento de sus clases de guitarra, ella me decía que éramos la pareja ideal, y a el le decía lo mismo de mi pero yo no entendía porque, y ella nunca me dijo porque, solamente nos presento mutuamente.

Ernesto era perfecto, tenia algo especial ese joven, una sonrisa perfecta, su cabello rizado color castaño claro, unos ojos obscuros que solo con voltearlo a ver te podían decir un mundo entero, en si el era perfecto siempre lo había querido aunque llevaba 3 años atrapada sin salir con mis amigos de mi escuela, pero como iba a salir con el si no podía faltar aunque me moría por el, era inevitable saber que iba a buscarme una vez al mes para ver si yo estaba o no, pero el estaba acostumbrado a que yo siempre estaba en mi entrenamiento.

Era mayor que yo pero eso no cambiaba lo que sentía por el y aunque el sentía algo por mi, cada vez se iba alejando ya que era difícil que nos podamos ver.

Un día llegue a mi entrenamiento, llegue una hora tarde y mi maestro el ogro me dice:

-¿Crees que puedes llegar a la hora que quieras( muy molesto y gritando)

Yo respondí:

-Lo siento maestro pero una vez no ase daño, ¡tanto tiempo que le he dedicado para que me hables así!

Ya estoy harta maestro tampoco somos tus trapos sucio).

En ese momento me sentí tan feliz, porque eso fue lo que quise decir por tres años, pero sentía que no tenía las agallas para decírselo pero esa vez lo tenía en la punta de la lengua entonces lo dije.

Mi maestro sonrió y me dijo

-retira lo dicho y ponte a entrenar, a la hora de la salida te espero en mi oficina-

Empezamos a entrenar y repetimos muchas veces nuestra rutina de vaselina, eran las 10:00 PM y nos faltaban 2 rutinas mas, en las ultimas dos rutinas todos pusieron todo su entusiasmo, Chispa como siempre fue la estrella de la rutina gracias a su inmensa fuerza que tiene ya que puede levantar a 2 chicas al mismo tiempo, también todos los demás, el grupo de pirámides, el grupo de los que bailan, el grupo de los que cargan y yo fingiendo una gran sonrisa pero en verdad estaba apunto de soltar el llanto.

A las 10:30 que acabamos fui a la oficina a hablar con mi maestro y dijo:

-Antes de que empieces hablar te diré algo, yo les exijo por algo Carolina, si quieren crecer debemos mas que nada tener disciplina y mas que nada como les he dicho siempre en este equipo la palabra miedo no existe, por eso es que les digo que si tienen miedo que se larguen de mi equipo, y si a ti no te importa la disciplina solo dime, si mañana decides venir deberás llegar temprano y si no tienes la fortaleza de llegar temprano… no vuelvas a poner un pie en mi gimnasio.

Después de que me dijo eso me sentía muy mal, nadie me apoyaba, mi madre lo único que quería era que yo vaya a Austria y mi maestro… no sabia que decir después de eso.

No sabia como decirle la verdad a mi mama, que yo lo único que quería era salir con Ernesto, ser una niña normal y poder ir a una fiesta, sentir la libertad de poder llegar a la hora que quiera después de la fiesta como mis demás compañeras de mi escuela.

Faltaba poco para la competencia de Austria pero el pago para poder asistir a la competencia faltaba solamente 2 días,

Yo estaba segura de que no quería ir a Austria pero tenia que ir porque mi mama moría de ganar porque yo vaya entonces llego el tiempo de ir a pagar el boleto, sentía que esto no era lo mió, porque mi sueño era salir con Ernesto.

Eran las 7:00 AM y mi mama me levanto para ir a la junta muy importante para ver quienes habían sido los elegidos de ir a Austria, mientras yo esperaba afuera con mis demás compañeros, entonces cuando acabo la junta, mi madre me volteo a ver con una cara de felicidad con una lagrima en la mejilla, ase mucho que no estaba tan feliz entonces me dice:

-Hija lo lograste, tu sueño esta hecho realidad, te iras a Austria como yo me fui a Rusia

-¿recuerdas lo que te he contado?, hija has sido seleccionada, después de 3 años de tanto esfuerzo, estoy tan orgullosa de ti…

Yo respondí:

-No mama, este no es mi sueño es el tuyo, Se que no te agrada Ernesto pero no me importa, mi verdadero sueño es vivir la vida como debe de ser, no estar enserada en ese verdadero estrés, lo siento mama…

¡Renuncio!