lunes, 9 de noviembre de 2009

Más complicado que las matemáticas Por Alondra Jazo

Otro día igual, como todos, cielo azul adornado con algunas nubes y con un sol cálido, brillando, en el cielo. La una de la tarde y yo seguía en la escuela; rogaba por salir de la clase de matemáticas y yo aburrida.

-Micaela.- Interrumpió el profesor Gutiérrez, un hombre que imponía respeto y aburrimiento.

-Sí, profesor.- Le respondí con mi cara de interés, que nunca fallaba con los profesores.

-Ya puedes recoger tu cuaderno.- Dijo mientras se quitaba sus lentes. Me levante de mi lugar y dirigí mi mirada hasta el profesor, me pesaba cada uno de mis pasos, mientras a cada paso, me convertía en el centro de las miradas, pero a mí no ya no me importaba ni me preocupaba, ya estaba acostumbrada, ya todos estábamos acostumbrados. El profesor me esperaba en su escritorio, revisando los cuadernos y jugando con sus lentes yo seguía caminando, el camino hacia el escritorio se acortaba y los pasos ya me estaban lastimando. Llegué y el profe, estaba revisando un cuaderno.

-Profesor.- Dije interrumpiendo la revisada del cuaderno.

-Micaela, pues ¿Qué te digo?- Hizo una pausa muy incómoda y continuó.-Siete, ¡un siete!- Dijo. ¡Maldito expediente! , un expediente limpio, saturado de nueves y dieces, solo números.

-Me esforzaré más en el próximo, diré, la próxima actividad.-Le dije mientras tomaba mi cuaderno de las manos del profesor, giré hacia el camino a mi lugar y el profesor dijo en voz alta: “Micaela, ¿te puedo robar un minuto?”-. Ya estas robándolo maldito Gutiérrez, ahora ¿que quieres? , pronuncié algunas majaderías en voz baja y con paso acelerado me dirigí hacia el escritorio.

-¿Quieres ayuda?- Me preguntó. Maldito, ¡MUY M-A-L-D-I-T-O!, no necesito ayuda, ¿quién dice que no sé?

-No, profe, no gracias.- Dije con una sonrisa fingida en la cara.

-Tendrás clases, con un alumno mío, si no, repruebas mi materia.-Dijo dándome un papel con los horarios: “3.00-4.00 Lunes, Martes, Miércoles y Jueves”.- Al final de la nota añadió-“Y se amable Micaela, se amable”.

-En la escuela.-Dijo con una cara de satisfacción.

-Esta bien, Profesor, trataré.-Dije con una sonrisa tensa.

-Lo harás.-Dijo con otra sonrisa de satisfacción.

¡MALDITO! Cien veces. Fui a mi lugar y me sumergí en mis pensamientos.

De pronto sentí unos golpecitos y voltee hacia atrás y vi a Ivana , mi mejor amiga.

-¿Qué te dijo?-Me preguntó. ¿Cómo que que me dijo Ivana? A caso ¿no oíste?, le enseñe el papel y me dijo:

-¡Dios! no es para que estés así, a lo mejor te ayuda, porque has empeorado tus calificaciones.-Me dijo tratando de animarme.

-No soy perfecta ¿Sabes?-Le dije.

-Mica, me choca… cuando te pones en el plan de el mundo no me merece y me odia, tienes razón no eres perfecta, pero eres más que una basura de siete.-Me dijo.

Me quedó claro que Ivana sabía usar TODAS las palabras en doble sentido “mejor que una basura de siete” con eso me animaba y al mismo tiempo me regañaba, como toda una mejor amiga.

-Perdón Ivana, iré a las clases, me portaré bien, diré “por favor” y “gracias”, mamá.-Le dije en tono de niña buena y como respuesta obtuve un zape y un “cállate tonta” más algunas burlas tontas.

Acabo la clase de matemáticas y la clase de historia no escuche nada.

Llegó la amada y al mismo tiempo amada salida, odiada por el hecho de que tendría que enfrentar a mis padres con lo de las clases de mate, amada porque ya no sabría nada de maestros, ni de clases.

Metí mis libros a la mochila y me fui a esperar a mi papá, llegó y me saludo , el resto del camino a casa fue la voz de papá cantando canciones.

Llegamos y nos sentamos a comer, entonces surgió el tema de la escuela.

-Y ¿como les fue?-Pregunto mi mamá.

-Bien, como siempre, las chicas me veían y sonreían.-Dijo Diego mi hermano, un payaso de lo peor.

-Y a ti.-Dijo mi papá señalándome con el tenedor.

-Pues les tengo noticias, desde mañana tomaré clases de matemáticas en la escuela.-Dije volteando ver a mi plato.

-Hija estoy muy orgullosa de ti, que bueno que te preocupas por mejorar en matemáticas donde el bimestre pasado te fue muy mal.-Dijo mi mamá.

-Si hija que orgullo.-Dijo mi papá mientras mi hermano estaba riéndose.

El día siguiente me levante, sin nada de ánimos, pues la noche anterior no podía dormir, mi cabeza daba vueltas y yo me esforzaba en contar ovejas y no funcionaba.

El día en la escuela fue de lo más común y cada vez más se aproximaba la salida.

Llegó la salida y me fui a cafetería, busqué una mesa junto a la pared para recargarme y saqué mi ipod y le di play a aleatorio, cerré los ojos y a la mitad de la canción oí el deslice de una silla frente a mi, abrí los ojos y me saqué los audífonos de los oídos.

-Hola.-Dije.

-Hola, ¿Cómo te llamas?-Preguntó el chico frente a mí de ojos color miel, tez pálida, sonrisa perfecta y lentes.

-Micaela y ¿tu?-Pregunte.

-Perceval, oye ¿tu eres la de mate? -Me pregunto.

-Si yo soy.-Le dije con indiferencia.

El resto de la clase se la pasó enseñándome cosas que yo ya sabía, solo lo miraba y me aburría, ¡dios! No es nada guapo, pero sabe todo lo que yo ya sé.

Todos los días era igual, hasta que un día, me dijo:

-Genial, demasiadas matemáticas, ahora dime ¿cuantos años tienes?-Me preguntó.

-14 y ¿tú?-Le pregunte.

-Umm... se supone que yo soy solo un maestro, si quisieras que fuéramos amigos tal vez te diría-Me dijo, recordándome cuando le dije que no podríamos ser amigos, que nuestra relación era más de maestro y alumno.

-Bueno podemos ser amigos.-Le dije.

-Tengo 15.-Dijo sonriendo, como cuando un niño chiquito se sale con la suya.

Esa tarde platicamos de todo y en realidad me estaba cayendo muy bien “Pierce” como le decía yo, el tenía 2 hermanos y una hermana, ganó un torneo de literatura, en realidad Pierce era un buen chico.

Cada clase era más divertido estar con él y había veces que yo les llamaba a mis papás para decirles que la clase se alargaba, mis calificaciones se elevaban e Ivana me decía que cada día más me veía resplandeciente y de buen humor. Los viernes se hacían aburridos, pues no tenía a “Pierce” para platicar.

Un martes estábamos platicando y surgió el tema del amor.

-¿Has tenido novio?-Pregunto quitándose sus lentes Ray-Ban nuevos oftalmológicos que le había dicho que si se los compraba se le verían bien.

-Si y ¿tú?-Pregunté.

-Novio no –Dijo riéndose y haciéndome reír también.

-Y ¿te gusta alguien?-Preguntó y yo me puse sus lentes.

-La verdad no sé.-Dije confundida, pues en realidad no sé si me gustaba él, todos me decían que el me gustaba.

-A mí si me gusta una niña y mucho.-Dijo tratando de quitarme los lentes.

-Bien por ti.-Dije mientras le daba los lentes, estaba celosa y enojada, y no podía calmarme ¡dios! Si me gustaba el y mucho, era tan simplemente un caballero, hasta tenía nombre de caballero.

-No te creas, no me gusta nadie.-Dijo en tono serio.

Esa clase no se alargó y nos fuimos sin decir adiós.

Esa noche no podía dejar de pensar en él y sus ojos color miel en los que me perdería siempre y nunca buscaría una salida.

La siguiente clase llegué muy temprano a la cafetería fingiendo que me sentía mal y lo vi de reojo cuando llegó, lo descubrí viéndome y bajó su mirada; ¿Por qué él?, se me hizo de lo más lindo que se sonrojará, era todo, todo lo que siempre quise.

-Hola.-Dijo mientras se sentaba con unas galletas y me acercaba las galletas.

-Hola “Pierce”.-dije devolviéndole sus galletas.

-Que tal si nos escapamos a ver una banda.-Me dijo.

-“Pierce” ¿donde esta el chiste? Es que no lo encuentro.-Le dije.

-Es de unos amigos solo durará como media hora y nos regresamos, juro que no te pasará nada y a parte se acerca mi cumpleaños y te pido de cumpleaños que vayamos.-Dijo.

Acepte y un amigo suyo, que por cierto no estaba nada feo, fue por nosotros y nos bajamos del carro.

Empezó el concierto y “Pierce” se fue a por algunas bebidas y yo esperaba sentada.

Busqué a Pierce por todos lados, hasta que lo vi, y un exnovio mío se acercaba, yo trataba de esconderme y mi ex me tomo de la mano y me dijo:

-¡Diablos! Mickey hace mucho que no nos veíamos, ¿Quién te vería en un concierto de jóvenes?-Dijo con esa sonrisa que solía matarme.

-Estúpido ¡vete!-exclame.

-No es para que me digas eso cariño.-Dijo con otra sonrisa inocente.

Me tomo por la cintura y tomó con delicadeza mis manos, y se acerco a mi rostro y sin poder evitarlo me beso, y en lo único que yo pensaba era en mi caballero “Pierce”, reaccione y vi a “Pierce” delante de nosotros, se enojo y yo corrí hacia él, mientras mi ex se reía, toda una escenita esta, alcancé a Perceval y tenía la cara abajo, mientras la canción de “Happy Ending” de MIKA la parte de la canción decía que se amarían como si fuera para siempre, pero no juntos; no pude evitar derramar una lágrima y Perceval me veía con rencor y odio algo que nunca había visto en su mirada.

-Dios Perceval, lo que él hizo no fue nada.-Le dije sollozando.

-No, no fue nada solo te besó, ¿no?-Me dijo con un tono sarcástico, que me apuñalaba el corazón.

-Y ¿Estas enojado?-Le pregunte.

-Si y mucho, ¡Gutiérrez te hubiera mandado a otro estúpido, para enamorarse de ti!-Dijo con los brazos cruzados.

No lo pude evitar me aferre a el con mis brazos y le dije:

-Es que ese beso, fue una estupidez, ¿no lo ves?-le dije quitándole los lentes- Es más complicado que las matemáticas, ¿no es así?-le dije mirándolo a los ojos.

-Si, mucho más complicado, que ellas.-Me dijo.

-Entonces, ¿crees que puedas entender lo que te voy a decir?-Le dije, con un tono de maestra.

-Trataré.-Me dijo.

-Bueno, ¿has besado a alguien?-Le pregunte.

-Si.-Dijo.

-Bueno cuando besas a alguien, piensas en la persona que amas, ¿no?-Le dije.

-Si.-Me dijo.

-Pues cuando lo bese a él, pensé en ti.-Le dije bajando la mirada.

Me levanto la barbilla y se acerco a mi rostro y me besó, sentí muchísimas mariposas en el estomago.

-¿En quien pensaste?-Preguntó curioso.

-En mi caballero “Pierce”.-Dije

-Yo en mi dama, que cree que el amor es mucho más complicado que las matemáticas, en lo que creo tiene razón.-Dijo poniéndome sus lentes.

Pidió un taxi a la escuela y en el camino estábamos con los dedos entrelazados oyendo la canción “Yo quisiera ser” de Reik y el la estaba cantando toda.

Llegamos a la escuela y simplemente me dejó sola en el estacionamiento esperando a mi mamá.


5 comentarios:

  1. Cooni me encanto tu cuento ,chistoso y entretenido lo quiero leer otra vez, bueno Micaela se parece mucho a ti en la forma de hablar y de expresarse. Felicidades me encanto:)

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  2. Alondra me gusto mucho tu cuento, es el cuento en el que te puedes identificar facilmente y me gusto la trama que usaste, deverdad creo que tu cuento es uno de los mejores muchas felicidades.
    Andrea Serrano
    oo dorii(:

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  3. Andrea Larios
    Cony :) me gustó mucho tu cuento.
    La verdad yo creo que lo único que le falta es un poquito más de redacción y que cheques signos de puntuación y acentos:)
    LO DEMÁS ESTÁ PERFECTO :)
    ¡felicidades!
    atte: Andrea Larios

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  4. Alondra Constanza:
    tu cuento es entretenido...

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  5. tu cuento esta padrisimo te esmeraste sobre todo en los dialogos, te falta muchisima redaccion

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