lunes, 9 de noviembre de 2009

¿Será él? Por Ale Menéndez

o estaba sentada en mi sillón, esperando a que fueran las siete para ir a trabajar. Me llamo Sara, y en mi cabeza todo está muy mal.

Todas las noches sueño con que, algún día puedo escaparme de todo, puedo irme de este lugar y ser más feliz de lo que ya soy.

Ya son las siete y todavía no termine mi taza de té. En la puerta mi perro Pulgas se acerca muy feliz a despedirse el de mí. Le sonrió a ladrar, le acaricio la cabeza y aunque me duela dejarlo lo tengo que hacer.

Salgo de mi casa y me subo al carro, volteo a ver mi casa y en la esquina de mi ventana hay una cara de tristeza viendo como me marcho.

Estoy en el trabajo y voy a saludar a Enrique mi mejor amigo y cuando me ve m sonríe y me saluda con la mano, yo suelto una pequeña risita y le contesto el saludo. El es alto cabello negro ojos azules y es muy agradable. El hace que el trabajo sea divertido.

Ya son las nueve y me empieza a dar hambre, saco mi desayuno, un sándwich de jamón y un licuado de fresa. En lo que me lo estoy comiendo llega Enrique a darme unos papeles de trabajo y se sienta a platicar un rato con migo. Nos reímos mucho pero, el tiene que irse a su oficina yo ya había acabado de desayunar agarro una pequeña bolsa negra y me meto un chicle de menta a mi boca.

Estoy saliendo de trabajar y estoy muerta en eso cruzo las grandes puertas de cristal y salgo en ese momento escucho una voz agitada de que había corrido gritando “Sara espera, ¿Quieres ir por un capuchino? Me dijo.

Yo le sonrió y le afirmo con la cabeza.

Estamos acercándonos hacia mi carro y él se sube al suyo que estaba alado del mío.

No hubo necesidad de decir que café era el que íbamos a ir, los dos sabíamos perfectamente cual era, ya que todos los viernes en la noche después del trabajo nos íbamos a tomar un café.

El café era un pequeño local estaba pequeño pero muy bien decorado todos los que trabajaban hay nos conocían y eran amigos nuestros.

Cuando llegue al café Enrique ya había llegado y había escogido una mesa alado de la ventana sabiendo que era mi lugar favorito, a pesar de que el suyo fuese afuera del café.

Levanto la mano para indicarme que él estaba sentado en esa mesa y yo lo veo como si no lo hubiera visto ya me acerco a la mesa y me doy cuenta de que el ya había pedido.

Cuando llegue a la mesa el ya tenía dos cafés en la mano y una rebanada de pastel de chocolate en medio, él como siempre se pidió un café negro con un sobrecito de azúcar. A mí me compro un capuchino late.

Aunque yo pensaba comprarme un frapuchino no le digo nada porque se me hiso un gran detalle que me haya comprado un capuchino. Le digo que gracias y el me dice de nada y me da la rebanada de pastel.

Nos reímos mucho toda la tarde pero ya se hacía tarde y yo estaba muy cansada de toda la semana que había pasado.

Había sido una semana muy pesada pero el café que me tome me hizo muy bien.

Aparte me esperaba un gran fin de semana tenía que hacer muchas cosas en mi departamento.

Me despido de Enrique y me subo a mi carro llego al fin a mi departamento y me quito mis tacones, voy a mi cuarto y me quito me falda negra y mi blusa blanca para ponerme mi pijama, una blusa y unos shorts. Voy al baño para lavarme la cara y quitarme el maquillaje.

Me voy a acostar y no podía dejar de pensar en Enrique era raro. Porque estaba sintiendo algo que en mi vida había sentido por Enrique siento felicidad una gran felicidad por haber estado con él.

A punto de quedarme dormida escuche un cascabel acercándose a mi cama era Pulgas lo cargue y lo puse sobre mi cama para que durmiera con migo. Esa noche estaba soñando muy raro que estaba en medio de un bosque lleno de flores con una hermosa cabaña pulgas y un hombre no pude distinguir su cara pero se que era muy hermoso.

Me despierto y me quedo un rato acostada en mi cama cuando ya decido levantarme voy al baño para bañarme y después voy a ir desayunar.

Estoy haciendo de desayunar unos bísquets con mermelada escucho que alguien está tocando mi puerta ,voy a abrir y era Enrique ¿Qué haces aquí? Le pregunte y él me respondió es que te amo y no quiero vivir ya ni un momento sin ti quiero que toda la vida estemos juntos eres lo mejor de mi vida.

En ese momento me di cuenta de que lo amo y que no puedo vivir sin él ni u solo momento lo abrase y le dije que yo también lo amaba.

Nos fuimos a vivir a una casa en medio del bosque esta hermosa esa casa y tuvimos dos hijos una se llama Paula y otro Alejandro.

2 comentarios:

  1. Esta bonita la historia, supiste describir cada momento del cuento!!
    Abeses hablabas en presente y abeses en pasado y hase que te comfundas.

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