Academia Resplandor por Andrea Serrano

Tristeza, no es un sentimiento común en mi, bueno no era un sentimiento común en mi. Supongo que después del accidente la tristeza se convirtió parte de mi, nunca volví a ser la misma, estaba ACABADA y mis padres lo sabían por eso me mandaron a este lugar, “Academia Resplandor” es una escuela por así decirlo, Te quedabas en la academia 320 días, estudiabas, comías, convivías, dormías, y lo mas importante te ayudaban.

Les rogué a mis padres que no me enviaran a la academia, les rogué y rogué, pero todo mi esfuerzo fue en vano, me dijeron que tenía que ir porque yo ya no era la misma persona de antes, decían que yo estaba más muerta que viva. Pero, ¿Que creían ellos? ¡¿Qué no lo sabia?! Claro que lo sabia, Todos mis amigos me lo repetían miles de veces, y se que solo querían ayudarme, yo también quería ayudarme pero todo era mas difícil sin Carlos, y la vida para mi era mas difícil sabiendo que si no hubiera sido por mi, si yo no hubiera salido esa noche con mis amigos Carlos seguiría vivo. Todos me decían que dejara de culparme por lo que había pasado con Carlos, pero en el fondo yo sabia que Carlos estaba muerto por mi culpa y en mi mente una voz siempre me decía que yo había asesinado a Carlos.

Así fue como acabe en la Academia Resplandor, Me habían dado un Tour de bienvenida y por lo que veía la escuela no estaba mal, las instalaciones eran hermosas por no decir perfectas había un pequeño lago junto a un hermoso bosque lo que era bueno podría pasar tiempo a solas para meditar en este lugar, después del recorrido me despedí de mis padres y entre al edificio en busca de mi dormitorio, una vez dentro del edificio no fue difícil encontrar mi dormitorio, era el numero 320 que se ubicaba en el tercer piso, al entrar observe que en mi habitación había un chava como de mi edad, tenia la piel muy blanca ojos verdes y pelo rojo, estaba acomodando su ropa en uno de los armarios del cuarto, al verme parada en la puerta me saludo amablemente.

-Hola bienvenida a nuestro cuarto jaja soy tu compañera de cuarto, me llamo Emma VanPelt.-

-Ah hola me llamo Liliana pero puedes decirme Lily.- le dije con una sonrisa.

-Jaja OK Lily y tu ¿que haces aquí? Me refiero a este lugar ¿porque te trajeron?-

-Ah sobre eso nose no me gusta hablar de ese tema.-

-Bueno esta bien te diré por que estoy yo aquí es simple DROGAS pero esta bien ya las deje es lo mejor.-

-Bueno lo mío no tiene nada que ver con lo tuyo- le dije muy seria.

-¿Entonces? No entiendo tu problema.-

-Bueno es que mi hermano murió el verano pasado y creo que fue por mi culpa-

-¿Qué? ¿Porque crees eso?-

- Por lo que hice - dije con una lágrima en la mejilla.

-¿Qué hiciste? Bueno si puedo saber. –

- Bueno pues yo es que… esa noche mis padres salieron de la ciudad y Carlos estaba encargado de cuidarme le dije que tenia una fiesta esa noche y le pregunte que si podía ir y el me dijo que no así es que me escape.-

-Y… ¿Eso que tiene que ver con tu hermano?-

-Todo, bueno es que cuando descubrió que yo me había escapado de la casa me fue a buscar y un borracho se paso la luz roja y...-

De repente no pude continuar hablando, sentí como las lágrimas caían rápidamente por mis mejillas, luego sentí la mano de Emma en mi hombro.

-Pero Lily eso no es culpa tuya el idiota iba borracho eso no tiene nada que ver contigo-

-Pero Emma si yo no hubiera salido esa noche si por alguna razón me hubiera quedado en casa justo como mis padres querían Carlos seguiría vivo.-

-Bueno Lily solo quiero que sepas que el destino no se equivoca y eso no fue tu culpa piensa en eso. Iré abajo a cenar ¿vienes?-

-Si en un momento- dije limpiándome las lagrimas –Solo deja arreglo esto un poco y en un momento bajo.-

-OK te apartare un lugar en la mesa, no tardes- me dijo sonriéndome.

Después de platicar con mi compañera de cuarto entendí que ella y yo seriamos buenas amigas pues estábamos aquí así que las dos teníamos problemas y podríamos ayudarnos mutuamente.

Después de aquella platica con Emma Salí a dar un paseo por el bosque pues tenia mucho en que pensar tenia que aclarar mis ideas, talvez era cierto lo que Emma había dicho, talvez era tiempo de superar lo de Carlos y pensar las cosas en forma diferente, Quizá era tiempo de aceptar que lo que había pasado no era mi culpa.

Nunca olvidare esa tarde fue la tarde que cambio mi vida fue la tarde en la que la alegría volvió a sentirse en mi alma la tarde en el que me di cuenta que sonreír no estaba mal, y fue aquella misma tarde en la que me di cuenta que el dolor y la tristeza no era para siempre.